OTRO POEMA, OTRO PROBLEMA ✍🏽

Necesito recordar por qué no debo rendirme, y dejar de oír a los que no creen en mí; me dije así, como susurrándome yo mismo al oído, convencido de que el sol de domingo era diferente a los demás. Ya saben, por eso de las rotaciones, constelaciones y direcciones espaciales...

Me gusta el encebollado de pescado en desayuno, y cuando puedo, le dejo un recado, oportuno, al señor de los cielos que pienso existe, porque si yo existo y puedo masticar, sangrar, asumo es por la grandeza de quien habla con hechos.

Mis mañanas, preferiría sean menos caotizantes, pero los instantes de gloria y bienestar, son eso, instantes. Algunas veces irritantes, los episodios de la continuidad de la vida, alarmantes. Me mantengo sereno, y a veces no ceno, por respeto a los que tampoco pueden. 

Estoy lleno de impaciencia, lleno de virtudes. Y en los ataúdes que he visto, sólo han estado cuerpos inertes de seres que no se sabe a dónde fueron, y me pregunto si yo también seré olvidado, desechado...

Cuatro de la tarde, el sol arde, más que cuando se iniciaron las expansiones del universo. Yo lo sé porque todo cambia día tras día, y a cada segundo. Pues si no fuese así, tendría más de 50 dientes que no me dejasen expresarme, y menos dedos para contar amigos que nunca estudiaron la clase de "La verdadera herencia, no es a los hijos, sino a los amigos."

Cae la noche, y un coche se detuvo en algún lugar del mundo e impactó a alguien que sólo seguía su camino; eso imagino.

Me acostaré idealizando el mundo paralelo donde se supone debería no estar teniendo desvelos, donde debería estar teniendo consuelo, y no dolores.

La semana empieza hoy, terminará cuando yo lo desee. Ojalá mañana haya agua más limpia para "ahogarme", y más panes para partirlos en partes iguales.

El Poetólogo

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