Caperucita rota 💔
Y allí estaba yo, cincelando las vestiduras de mi amor por el caballero oscuro;
danzando entre olas de incertidumbre por los desfiladeros futuros;
orándole al tiempo que no se detenga por nada en el mundo;
desgañitándome hasta saciar el éxtasis de dilección hacia sus limpios escrúpulos...
Mientras el crepúsculo hacía su llegada, yo llegaba cabalgando encima de la duda;
con una túnica de verde esperanza, esperando no se me apague el candelabro que instauramos juntos.
Hoy ya todo es gamberrismo dirigido a tu conciencia de extensos paisajes pixelados;
ya no encandilan ni las zalemas, ni las tardes de helados;
recuperé el miedo que infundaba la soledad sin pausa.
Te fuiste no sin antes cantar ruidoso sobre patrañas que me dejaron exhausta;
me dije a mí misma "basta", y hasta el sol de hoy conozco tu penitencia cumplida.
Sin promesas, porque la mesa ya está servida;
con escudillas que reflejan tu hermosura tergiversada;
con las sillas patas arriba, porque nadie se sentará con el hada madrina;
y con las cuchillas, mismas que cortaron mi piel ya desgarrada, mientras pensaba en que te amaba...
Apacigüé los desesperos de mis oídos que ya no querían escuchar tu canto sermonioso;
y el "fastidioso" que imploraba por cariño, hoy no es más que página de libro cerrado.
A nadie como tú había ofendido, a nadie como tú me había entregado;
pero misericordioso resultó mi dolor en exilio, dentro de mí como niño desilustrado...
Compraste el pasaje más cercano al vilipendio;
y de mí sólo dependió, como dije, el decir "basta";
descubrí gracias a la fantasía, que para las sustantividades nunca hay remedio;
y que algunas demostraciones de afecto resultan desmesuradamente nefastas...
Despedí tu sustancia y la sepulté en el recuerdo vago de las apariencias;
y conseguí disipar el lamento de mis buenos deseos invocados en vano;
Perdonarte ya no es una urgencia, porque de a poco yo también, como aquel candelabro, me fui apagando.
Y no sé hasta cuando...
Comentarios
Publicar un comentario