Ceguera
Mis ojos están cansados,
mis pupilas destilan gris grisáceo,
mis pensamientos ya no soportan este invierno áspero,
me queman las vistas como el infierno encelado.
Ahora solo veo montículos de pesar
Me tropiezo constantemente con la ansiedad
Y en la oscuridad, permanezco como ángel revelado
Y en la posteridad veo migajas de deseos indeseados...
Asumo el rol que me dio el Supremo, y exprimo al dolor como el dolor me exprime;
persisto como persiste el recién nacido en su siesta,
acompaño al agobio hasta saciar su miseria sublime.
Y me hundo en las movedizas de mis heridas expuestas.
Tranquilizo al tumulto de penas que llevo dentro,
pero se me disparan como cohetes sin cielo...
Pronostico mis propios sobresaltos y desencuentros,
y agonizo en la templanza de mis crueles miedos.
Mis vistas divisan fulgores densos,
mis pensamientos trotan cerca del odio hecho enigma,
mis brazos recogen a la criatura de ese pasado extenso;
mi respiración es sofocante, y ni como antes es la misma.
Por: El Poetólogo
Comentarios
Publicar un comentario