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Mostrando entradas de mayo, 2024

En armonía

Me suelto al aire y corro como desierto al agua, allí me quedo y hago estragos sobre lo aquello vivido. Dormido entre vigilias, mi corazón en exilio; empero contando con días venideros más sobrios. Busqué entre los pliegos de papel jaspeado, un augurio de un saludo algo espontáneo; con mañas de un invicto fidedigno, y con el drama de querer por sobre todo el odio. Me convertí al entusiasmo de rondar su encanto, entre tantas otras crónicas ensimismadas, ocultándome al sentimentalismo de fatuidades  todo ha sido algo más que un simple escollo. Pacífico me he enseñoreado, y así taciturno me hago cumplidos, pues es todo lo que puedo dar de ofrenda a ese ser espléndido. Mas siendo enfático en lo que se trae lo estupendo; Y en consejo, tiempo al tiempo es paz a mis demonios... El Poetólogo

“Remembranza”

  Cerré los ojos a las 2 de la madrugada, una no tan abrigada, cerré las ventanas, pero la puerta entreabierta, me decía que demorabas... Mientras caminaba hacia la cocina recordaba, tu mirada, la platera vacía, y unas galletas un poco abrasadas. Desperté nuevamente, y aún oscurecido seguía el entorno, la mesa sin mantel, pero el florero aún de adorno. La foto entre el cuaderno, y allí tu rostro sempiterno, embellecido. Yo seguiría intacto si no hubieses «fallecido». Le hago cumplidos al cielo, diciéndole que a él te asemejas; y la historias que me contabas, ahora son todas moralejas. Y así mientras más te pienso, más te valorizo,  perdón, no contaba que te irías pronto con el que nos hizo. El jolgorio en mi mente ya no hubo más, sonrío pero sólo de repente; fuiste incondicional como la luz solar, y en la nada sigues vigente. Luego de que encuentre solidez, te buscaré otra vez;  pero esta vez, como canicas que buscaba en mi niñez. Cuesta talar un roble, y así de noble mi corazón exhibo

«Pretérito»

El aire se hizo viscoso, el agua se hizo grisácea y la tristeza con la desidia hicieron una miscelánea. La felicidad y el confort, me desconfiguraron me transformé en un robot, en un espejo que agrietaron Yo ya me siento canción, pero con letra olvidada muñeco de trapo descosido en una casa abandonada. El alma mía reseca como las manos sin nerviosismo; el ­“te quise” y el “te querré” se parecen, pero no son lo mismo. La bonanza ahora es miseria, tanta como bazofia y de tanto latido innecesario, mi corazón de a poco se atrofia. Soy un profeta del dolor, avizorando tempestades no sólo escapó el amor, también varias amistades. El resentimiento es sólo otro símbolo de esclavitud,  por eso nunca exijo nada, mucho menos con pésima actitud. Algunos me otean como si fuese un sanguinario, como el lobo en la historia mal contada, ¿feroz? todo lo contrario. Respiro barbaridades, y a los enigmas soy propenso... soy como pieza antigua, aroma que se apaga como incienso. Tu eres la sociedad y yo el