«Al borde»
Se me aguan los ojos, y las lágrimas, me los resecan mis manos, al cuchillo pecan y mis dedos: sangrientos, rojos. Estoy disparatado, como idea absurda se me olvidaron mis derechos tengo ahora, dos palmas zurdas. ¿Qué es la paz? No la percibo sólo sé sobre disturbios Más sé sobre el lenguaje sucio que de soluciones a largo plazo. Ya sin el pan bajo el brazo ni la pulcritud de llamarse "noble" Escojo mis inseguridades por sobre mis inquietudes del “¿Hacia dónde vamos? ¡Hacia dónde!” Mi voz es cementerio de fábulas y confabula con mi mente extremadamente intensa Interrogo a mis propios desahogos, prescindiendo de la redención en una cápsula Las ventanas consagran el aire enviciado y se desgarra la fe de los acontecidos todo es denso, hasta mi respirar acentuado y mi alma afable todavía se esconde. Se escucha en el vacío cuanto silbido y me recuesto sobre un prado de piedras, y las pisadas previas fungen de hierbas y los testigos no son ya ni una prueba... Camino por la andana d...