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La mía FE

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Tengo una fe "ciega", esa misma que mueve montañas  esa que me hace lograr hazañas; una a la que a veces sin merecerlo, mucho me entrega... Una fe "volcánica", que brota cuando otros, sin conocerla, la niegan. Una fe enfática, en el amor y el agradecimiento por las cosas buenas,  porque, aunque lo bueno tarda, siempre llega. Una que sacude mis pensamientos y los apacigua, esa misma que, los golpes al alma, amortigua... Una que ahuyenta a los estrujosos, como la despedida a los salvajes, algo hermoso. Y es así, que el tramo se me hace menos lleno de agobio, y yo, siempre sobrio, reconozco la magnanimidad al Solemne. y no importa si las aflicciones son perennes, pues, la prosperidad es el mismo aire que respiro,  y la impertinencia de los iletrados, y a ellos mismos los parodio. Tengo esa fe, que viaja por todos mis sentidos, con la que puedo casi hasta tocar el firmamento; es que sin ella no estoy completo, es mi complemento. Es que ella es un escudo, que ni la mayor...

Amor a primera huida

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  Mirando hacia los adoquines, y con sus brazos alicaídos, sentada en la banqueta; ya ni su sombra hace silueta. Sus amantes la han desgastado como calzado y calcetines Sus intuiciones, como delfines, pero, sin nadie con quien cortejar en la glorieta... Hizo maletas, a su suavidad y, a sus coloridos vestidos; la fuerza de los engaños le pudo más, como riachuelo al césped recién cortado. Y su voz que era un volcán, ahora sólo es ruda afonía... La noche se hace día, y la indigencia de sus deseos se empolvan, como estantería de vasijas vacías, una tontería; cómo los ánimos por los suelos, que hasta a la alegría la hacen sorda. Ya no muchas convicciones la escoltan, así, se garbean los "desubicados",  empero sigue ella como majestad en reposo temporal; y su retorno está a la vuelta del chaflán. ¿y dónde están? ¿dónde están los obsequiosos? Que han hecho hábito el mostrársele reticentes ¿Hacia dónde van? ¿dónde van, los parcos sin delantal? ya le hicieron oratoria repetitiva, y no...

La brillante

Ella, se presenta en el ocaso y, les ofrece un manotazo a las tinieblas.  Pues, son endebles, como mis pavores pidiéndole favores a la incertidumbre. Ella, es la "gran estrella", la más brillante, la que en un instante se me regala a la brisa que simula abrazo. Es auténtica, como el cántico del pájaro en el alba, que ni su voz se quiebra. Le tengo una fe ciega, como el agua cristalina que se riega en la montaña; y en cada mañana anhelo volver a verla y, es que, creciente o «desnuda» no hay manera en que la eluda; misteriosa, sin ofenderla. Es el fulgor, que pienso en ella y me siento mejor, como un infante en el vedado. Y yo ni siquiera por enterado que, parece estar a una zancada de hacerle llegar mis lisonjas. Como hacen las monjas al Redentor, como a los ojos del lector, aquel libro recién desempolvado. Sólo tengo una aspiración: llegar a sus alrededores como el concertista a su fan, como aquella sensación de “he vencido mis temores”, como el “ya no me importa el 'qué ...

ALMA

  Vivo lo que soporta mi cuerpo, suspirando como viento al mar buscando el significado de «amar», encontré voluntad sobre afecto; y en efecto, sólo quien ansía, se afana... Dentro de esta vida mundana, aclamo, respirar bajo el collar de barbilla; haciéndole cortina a la amargura, a ver si me dura este acontecer, y equivocado he buscado el alba en el atardecer... y, he hallado gloria y concordia estando de rodillas. Tengo las manos disueltas en un llanto perenne, mas lo que me agobia son sólo victorias; ni siquiera soy dueño de lo que me concierne. Amo mi paz mental, pero a veces siento que ella misma me odia... Yace el vacío emocional, entre algodones, mintiendo sobre el sollozo con melodías de canciones. Pero he sido más fuerte que el calor extremo,  por eso, todo esto son sólo querellas al viento, como creyendo que a nada le temo. Culmino, dejando mis inquietudes en el pretérito, celebrando mis 4 amistades como si fuese algo histórico. Y el afecto, ése que no es perfecto, so...

«Al borde»

Se me aguan los ojos, y las lágrimas, me los resecan mis manos, al cuchillo pecan y mis dedos: sangrientos, rojos. Estoy disparatado, como idea absurda se me olvidaron mis derechos tengo ahora, dos palmas zurdas. ¿Qué es la paz? No la percibo sólo sé sobre disturbios Más sé sobre el lenguaje sucio que de soluciones a largo plazo. Ya sin el pan bajo el brazo ni la pulcritud de llamarse "noble" Escojo mis inseguridades por sobre mis inquietudes del “¿Hacia dónde vamos? ¡Hacia dónde!” Mi voz es cementerio de fábulas y confabula con mi mente extremadamente intensa Interrogo a mis propios desahogos, prescindiendo de la redención en una cápsula Las ventanas consagran el aire enviciado y se desgarra la fe de los acontecidos todo es denso, hasta mi respirar acentuado y mi alma afable todavía se esconde. Se escucha en el vacío cuanto silbido y me recuesto sobre un prado de piedras, y las pisadas previas fungen de hierbas y los testigos no son ya ni una prueba... Camino por la andana d...

No debimos crecer

  En el pasado creo que naceré, ¡Qué injusto! hubiera sido mejor encarnarme junto con la Tierra misma Hubiera sido mejor vaciar mi conocimiento ese mismo día y así adorar el alba, y los cielos despejados Mirándome al espejo a veces no distingo de entre mi cuerpo estrujado y mi cerebro robusto; parece una obra de arte el saludo que hace en el infinito el silencio casi pulcro de mis pensamientos cuando no pienso Soy sincerísimo cuando exclamo, que no puedo ajustar los tornillos a mis palabras obscenas ando siempre en modo «algarabía» llorando, como si nunca yo me hubiese muerto Tengo los ojos asfixiados de tanto desparpajo mis manos siempre llenas de consejos  Toda mi aura es de un terrenal sin un sólo contexto y siempre quiero volver al polvo Echo de menos los cansancios de aquellos calurosos inviernos y mi voz se hace torcida mientras duermo, todo, culpa de la poca presencia de la luna llena El sendero se hizo agua... como mis pupilas al llanto casi eterno vi correr a los arbu...

“Aún duro”

Un idioma difícil de hablarlo, así es este sentimiento. Espeso, duro, denso; como un corazón hecho de cemento. Que incluso cuando te pienso, no es más que hacerse lamento. Que incluso cuando intento ignorarte, que todo está bien, aparento. Tengo el alma reseca, como mis labios que ya ni balbucean tu nombre. Me mantengo en una gresca, donde lo inexplicable me azora.  Resecas hasta las lágrimas, pues qué importa, y sí, soy un hombre. Busco consuelo en el amenizamiento; y aunque viaje mil veces al pasado, sigo en el ahora. Este clima es fustigante, empero ni tu presencia haría calor; Y aun en este futuro intrigante, tu regreso me parece algo desalentador. Las cartas en papel arrugado, en el cajón con el candado oxidado; y el viento soplándome las mejillas, como si nada hubiera pasado... Tengo los dientes repitiendo apelativos, para mantener vivos los lapsos; y aunque los lazos ya se despedazaron, sigo caminando sin dar un solo paso. Solo en el silencio he encontrado consuelo, y, en el...