Entradas

"Relativo" (Metaeufórico - Pensamiento N° 220)

Quiérote tanto en tan corto tiempo, como se quiere a un nene recién nacido, como se quiere a la brisa en el desierto, como se quiere al bueno cuando muerto, como se prefiere lo malo porque parece más vivo... Te pareces al viento cuando deja de soplar,  es decir, nunca te vas. Te pareces a la luna cuando se apaga durante el día, es decir, en algún lugar iluminando siempre estás. Contemplo que seas como la suerte,  inexistente; pero para el creyente, una necesidad. El tiempo es relativo, y tú alícuota, a una enseñanza, a una deidad...

Poesías de un pasado agridulce - Poema #1

“In memorium” Por: El Poetólogo Contigo, todos los días me parecían viernes; ya no hay quien gobierne mis demonios dormidos; ya no hay quien se siente a escuchar lo rápido de mis latidos; ya nada me pone turbulento; temeroso. Excepto el recuerdo de nuestras almas en un aposento; lujo, sin ser lujoso.   Me dormí, una noche, y desperté a la madrugada siguiente. El agua aún caliente dentro de la taza; y la casa de nuestros idilios se quedó vacía. Y la beatitud se me volvió escasa.   Volví a donde los pájaros anidan solitarios; encima de un árbol de ramas cortas, como esperando se me deprede pronto. Dejé de ser un tonto, para convertirme en mi propia falda; donde lo único que ahora me respalda, y salva, son las fotos mentales.   No sé cuáles son los días de pena, pues todos los paso amargos; a veces solo saludo con el letargo, y allí parece voy sucumbiendo; a nadie ahora estoy viendo, solo a mis demonios internos...    Conseguí las monedas del estante, pero todas ya están oxidadas Como la

Hábitat

El Poetólogo presenta:   “Hábitat”   Vivo dentro de una simulación constante de episodios de accidentes, donde recobro la vida cada vez que recibo una golpiza por parte de la indiferencia de los que se llamaron creadores de mis injusticias. Tengo experiencias erróneas con las coincidencias, no creo en ellas, no creo en las bondades dentro de las malicias... No existe para mí hoyo profundo (abismo) de donde no se pueda salir, pero sí donde te acostumbras a lo irrisorio de la agonía y respiraciones profundas, junto con suspiros y lágrimas que suelen salirse del personaje aparentemente fuerte.    Desconozco la muerte, desconozco cuál es el propósito de extinguirse. Sé que hay galaxias y otros lugares en el universo donde probablemente otras vidas estén por incluirse... En lo impensable se halla eso que duele pero que no hace llaga, como el pinchazo de una aguja que se torna dolor pasajero, pero que cuando lo piensas pareciera estar presente de nuevo. La vida no es un juego muchos dicen. Y

DESCANSO

Poesías de El Poetólogo Del álbum: Metaeufórico “Descanso”  Todavía guardo arrugadas, las hojas de cuaderno arrancadas, donde manifiesto lo molesto que son las heridas, las cortadas. Y en cada línea allí, en donde maldije los momentos de desentendimiento, allí descanso.  Allí, mis letras escritas con puño, lágrimas y sudor exclaman lo sabio que te vuelve el dolor, lo ásperas que se vuelven las hojas del ex árbol frondoso, lo seco que se vuelve el tiempo, y lo agrio que se vuelve el viento...  Todo fue cenizas recogidas en una bolsa, y echadas a un olvido obligado. La costumbre se volvió un mercado, donde encontré bienestar temporal, y resentimientos que aprendí a soltar, pero que me dejaron marcado. Como el lápiz que quiebra su punta en el papel recién creado, y lo traspasa dejando un hoyo.  Aún las frases escritas se siguen viendo como escollos. Y la tinta sigue intacta, como intacto sigue el aparente odio.  Le rogué más de mil veces al cielo que se acercara a mi cara y me di

La reciprocidad. 1era reflexión.

La reciprocidad tiene que ver más con cuánto estás dispuesto a recibir. Recuerda que, no todo lo que das es bien recibido. Así que, si recibes algo y no es lo que esperabas, es porque has dado y tampoco ha sido lo que la otra persona esperaba. Si das peras y recibes piedras, es porque la otra persona entendió que lo que recibió de ti, no solo le sirvió para alimentarse, si no para construirse. Y te devuelve lo que entiende que te va a servir a ti para construirte.

ENCIÉRROME A PLÁTICOS 🕰

Mientras el tiempo, al cual considero relativo, pasa como pasan las alegorías de llantos de un bebé recién nacido, me dispongo a entarimarme a escuchar mis sollozos hechos palabras, frases, algunas permanentes en mi mente, otras, fugaces. Que me pase horas diciendo que el mar hace un sonido que me adormece, no quiere decir que el consejero vestido de blanco, el que murió hace algunos años, no haya dejado legado alguno. Ahora me enfrento cada noche a lujurias de inestabilidad corporal, pues, siento que en mi cuerpo sólo habita, por el momento, una niebla de deseos que no se han escrito en idioma entendible. Duele el brazo de la pierna que sobresale de la cabeza del pensador. Es que con la mano angosta e ineludible a las tentaciones artísticas del beso en el cuaderno, el muchacho escribe. Vive viajando al cerrar los ojos, y despierta con hambre de agua que caiga de la nube más alta en el bosque frío. Quiere ser un pájaro de alas largas, con pico que dibuje cartas en el aire mientras cant

SOLTAR AL VACÍO 🍂

Soltarte fue, y será, parte de un estracto de intento por sonreirle al sol una vez más. Astro lejano que da color, a lo grisáceo, a lo insoluble, a lo tácito. No me siento complacido al abandonarte por causas naturales, algo así como la muerte temprana de un infante, o como el maltrato al elefante del circo, donde espectantes como yo, se levantan y devuelven su boleto, y se enrumban a otros paisajes... Somos frágiles, fuimos frágiles; fuimos dos, y, ahora somos estrellas que circundan las capas más altas del espacio, sitio lleno de infinidades. Así también nombré al libro de mis experiencias, donde se enlutan deidades, al desconectar el amor de la costumbre, al soltar al pez del cardumen, y devolverlo a aguas correntosas.  Las cosas más grandes que hecho han sido abrazarte, almohada de carne, de espíritu, de sangre. Irrevocables los momentos en que lloré lastimado a un lado de la orilla de mis inseguridades. Las ciudades, se apagan conforme la madrugada hace su llegada. Y en cada rincó