OTRO POEMA, OTRO PROBLEMA ✍🏽
N ecesito recordar por qué no debo rendirme, y dejar de oír a los que no creen en mí; me dije así, como susurrándome yo mismo al oído, convencido de que el sol de domingo era diferente a los demás. Ya saben, por eso de las rotaciones, constelaciones y direcciones espaciales... Me gusta el encebollado de pescado en desayuno, y cuando puedo, le dejo un recado, oportuno, al señor de los cielos que pienso existe, porque si yo existo y puedo masticar, sangrar, asumo es por la grandeza de quien habla con hechos. Mis mañanas, preferiría sean menos caotizantes, pero los instantes de gloria y bienestar, son eso, instantes. Algunas veces irritantes, los episodios de la continuidad de la vida, alarmantes. Me mantengo sereno, y a veces no ceno, por respeto a los que tampoco pueden. Estoy lleno de impaciencia, lleno de virtudes. Y en los ataúdes que he visto, sólo han estado cuerpos inertes de seres que no se sabe a dónde fueron, y me pregunto si yo también seré olvidado, desechado... Cuatro de la