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DESCANSO

Poesías de El Poetólogo Del álbum: Metaeufórico “Descanso”  Todavía guardo arrugadas, las hojas de cuaderno arrancadas, donde manifiesto lo molesto que son las heridas, las cortadas. Y en cada línea allí, en donde maldije los momentos de desentendimiento, allí descanso.  Allí, mis letras escritas con puño, lágrimas y sudor exclaman lo sabio que te vuelve el dolor, lo ásperas que se vuelven las hojas del ex árbol frondoso, lo seco que se vuelve el tiempo, y lo agrio que se vuelve el viento...  Todo fue cenizas recogidas en una bolsa, y echadas a un olvido obligado. La costumbre se volvió un mercado, donde encontré bienestar temporal, y resentimientos que aprendí a soltar, pero que me dejaron marcado. Como el lápiz que quiebra su punta en el papel recién creado, y lo traspasa dejando un hoyo.  Aún las frases escritas se siguen viendo como escollos. Y la tinta sigue intacta, como intacto sigue el aparente odio.  Le rogué más de mil veces al cielo que se acercara a mi cara y me di

La reciprocidad. 1era reflexión.

La reciprocidad tiene que ver más con cuánto estás dispuesto a recibir. Recuerda que, no todo lo que das es bien recibido. Así que, si recibes algo y no es lo que esperabas, es porque has dado y tampoco ha sido lo que la otra persona esperaba. Si das peras y recibes piedras, es porque la otra persona entendió que lo que recibió de ti, no solo le sirvió para alimentarse, si no para construirse. Y te devuelve lo que entiende que te va a servir a ti para construirte.

ENCIÉRROME A PLÁTICOS 🕰

Mientras el tiempo, al cual considero relativo, pasa como pasan las alegorías de llantos de un bebé recién nacido, me dispongo a entarimarme a escuchar mis sollozos hechos palabras, frases, algunas permanentes en mi mente, otras, fugaces. Que me pase horas diciendo que el mar hace un sonido que me adormece, no quiere decir que el consejero vestido de blanco, el que murió hace algunos años, no haya dejado legado alguno. Ahora me enfrento cada noche a lujurias de inestabilidad corporal, pues, siento que en mi cuerpo sólo habita, por el momento, una niebla de deseos que no se han escrito en idioma entendible. Duele el brazo de la pierna que sobresale de la cabeza del pensador. Es que con la mano angosta e ineludible a las tentaciones artísticas del beso en el cuaderno, el muchacho escribe. Vive viajando al cerrar los ojos, y despierta con hambre de agua que caiga de la nube más alta en el bosque frío. Quiere ser un pájaro de alas largas, con pico que dibuje cartas en el aire mientras cant

SOLTAR AL VACÍO 🍂

Soltarte fue, y será, parte de un estracto de intento por sonreirle al sol una vez más. Astro lejano que da color, a lo grisáceo, a lo insoluble, a lo tácito. No me siento complacido al abandonarte por causas naturales, algo así como la muerte temprana de un infante, o como el maltrato al elefante del circo, donde espectantes como yo, se levantan y devuelven su boleto, y se enrumban a otros paisajes... Somos frágiles, fuimos frágiles; fuimos dos, y, ahora somos estrellas que circundan las capas más altas del espacio, sitio lleno de infinidades. Así también nombré al libro de mis experiencias, donde se enlutan deidades, al desconectar el amor de la costumbre, al soltar al pez del cardumen, y devolverlo a aguas correntosas.  Las cosas más grandes que hecho han sido abrazarte, almohada de carne, de espíritu, de sangre. Irrevocables los momentos en que lloré lastimado a un lado de la orilla de mis inseguridades. Las ciudades, se apagan conforme la madrugada hace su llegada. Y en cada rincó

COMPLICA-CONFIGURACIÓN ⚙

  Cuando perdí, yo no perdí, sino gané; me senté, a tomarme un café, y los pies desbaratados, por los nervios alocados. En ese cuarto, yo acalorado, y en cada suspiro, como dragón que escupe fuego, dije “Hasta luego, esposa mía”, pues me encontraba atado, complicado. La algarabía de mi garganta, hacía que los dobleses de mi mente, por donde cabían los gusanos que carcomían la belleza de mis pensamientos, se adormecieran. Y por la gracia de los pecados trabajados por la silueta que me perseguía, me solté de las cadenas, y aunque las penas proseguían, me hice fuerte sin armadura física. Le di mil golpes a la crítica de mi filosofía, le di la mano extendida, a mi pasado que me aturdía. Y ahora convivo con millones de pesadillas que me amenizaban; y las amenazas de lo que pasaría, hicieron que revoque las plazas, de lo que dolía... El Poetólogo

Domingo de Lloro

Estoy quemado , mentalmente quemado. El tocadiscos de mi cerebro toca la misma pieza, y cuando empieza el llamado ‘grito desesperado’, se crea un bucle donde tooodo es repetitivo; desde las añoranzas de ver el amanecer en una montaña, hasta la conversación en la terraza que nunca se ha dado. Apodado por mí, como el lapsus temporal más largo, acudo a mis memorias sanas, con esfuerzo, a tratar de atar cabos sueltos. Estoy revuelto como el huevo del desayuno en la mañana. Estoy envuelto en situaciones simples pero agotadoras... ¿Y ahora? ¿Qué sigue? ¿Mudarme al lado de la esquina donde gira mi despido tempestivo de aquel recuerdo?  Yo ya no llego a un acuerdo conmigo mismo en estas instancias, y bajo este traje de pesadumbre. Tengo que (y temo que), ejecutaré una modificación forzada, a mi lenguaje invisible, para que el tipo del espejo se mire más calmado.  Estoy cuerdo, pues aún conservo los buenos tratos hacia los que no compaginan en mis páginas de lamentos y cosas raras, como líneas

OTRO POEMA, OTRO PROBLEMA ✍🏽

N ecesito recordar por qué no debo rendirme, y dejar de oír a los que no creen en mí; me dije así, como susurrándome yo mismo al oído, convencido de que el sol de domingo era diferente a los demás. Ya saben, por eso de las rotaciones, constelaciones y direcciones espaciales... Me gusta el encebollado de pescado en desayuno, y cuando puedo, le dejo un recado, oportuno, al señor de los cielos que pienso existe, porque si yo existo y puedo masticar, sangrar, asumo es por la grandeza de quien habla con hechos. Mis mañanas, preferiría sean menos caotizantes, pero los instantes de gloria y bienestar, son eso, instantes. Algunas veces irritantes, los episodios de la continuidad de la vida, alarmantes. Me mantengo sereno, y a veces no ceno, por respeto a los que tampoco pueden.  Estoy lleno de impaciencia, lleno de virtudes. Y en los ataúdes que he visto, sólo han estado cuerpos inertes de seres que no se sabe a dónde fueron, y me pregunto si yo también seré olvidado, desechado... Cuatro de la