Seguimos dormidos
Ya dejé yo de hablar con las paredes, siempre femeninas empero me senté a platicar con las noches estrelladas y nubladas y ya no apago mi cabeza por rabia, y prefiero llamarle memoria a mis retinas así pues, las fotos mentales que nos hicimos para ‘el ello’ son sagradas. Exhorté al alma interna divagar en terrenos deshabitados a ver si con añoranzas la luna aunque sea asomaba pues yo, un amante de la oscuridad consensuada pretendía enviarte, entre el viento y uno que otro pensamiento, uno que otro recado. El camino se hizo largo, como el descanso de fin de semana y nunca corrí veloz, porque la despedida me parecía muy temprana. Castigué al Sol quedándome en confinamiento, aunque siempre fui el árbol aislado y aunque no admita defensa, de ahínco estoy deteriorado. Me siento incordio ante los enredos que da la vida prefiero hacerle caso al ocaso y seguir dormido ya que algunos recuerdos son como resbalones con caídas como si al pensarte saliera del planeta despedido. Continuaré ejercien