“Todavía”
Hoy me acordé de ti; y en silencio hacía yo estruendo con el recuerdo de tu semblante. En ese instante supe que la ilusión ya no es sino una mezcla de sentimientos tangibles. Y es comprensible, pues, al verte tan distante opto por «guardarte», lo sé, soy predecible. Parece que ya se me agotaron las simples tristezas; pues ahora la melancolía me acompaña todo el día, y sigo, como enamorado primerizo, actuando con torpeza... Nada ha cambiado, sólo el rumbo de mis infortunios. Te pienso desde enero y termino en mayo, y comienzo de nuevo en junio. Hasta en las nebulosas, yo muy clara te diviso. Y en las frases en las que te evoco, trato de siempre ser preciso. Dejándote en el podio de las privilegiadas, te adjudico el papel de extraordinaria, y en eso, casi nunca me equivoco. Ya asimilé tu (nunca manifestada) despedida; pero tengo que decir que me cuesta a veces pernoctar... y es por tu presencia inextinguible dentro de mi mente. Hay otras cosas de las que me debo ocupar, lo que signific